¿Cómo superar las adicciones?

Siempre que hablamos de adicciones, tendemos a pensar en apegos enfermizos a cosas, hábitos o personas que nos hacen daño. Sustancias como el alcohol, la adicción al tabaco u otras drogas, así como comportamientos nocivos tipo exceso de juegos de azar o de sexo, son algunos de los muchos ejemplos en que pensamos. De un modo u otro “compadecemos” a las personas que son víctimas de estas adicciones “negativas” y pensamos que somos afortunados al no ser víctimas de ellas, sin embargo, hay otros hábitos que, socialmente, son vistos como comportamientos normales pero también tienen muchos de los elementos dañinos de una adicción.

Comportamientos como el exceso de trabajo o de ejercicio, el uso compulsivo del teléfono móvil, la obsesión por comer sano -casos en los que la persona cuenta las calorías de cada alimento antes de comerlo-, etcétera, se convierten en adicciones peligrosas que podrían calificarse como “positivas”, aún cuando sus efectos son perjudiciales para la salud mental.
 

Cómo afecta la adicción a tu ser

Una persona que tiene una adicción, ya sea negativa o positiva, quiere no pensar en algún aspecto de su ser para evadir la realidad y encontrar en un comportamiento determinado, casi siempre lesivo para sí misma, una vía de escape que le permita estar ajena a lo que no quiere o no le gusta vivir. Un esposo o esposa que desatienden su hogar o su relación porque simplemente “tienen mucho trabajo”, un adolescente que no se despega del móvil o de los videojuegos, una mujer o un hombre que -de un día para otro- se vuelven veganos, hacen yoga, van todos los días al gimnasio y terminan rindiéndole un culto enfermizo a sus cuerpos, probablemente también estén evitando trabajar en algún aspecto oculto de sus vidas.
 

 
Las adicciones te impiden conectarte contigo mismo y, de este modo, tampoco puedes confrontar las cosas que tienes en tu cabeza. Cuando tienes un problema, tu mente reacciona según la información que introduzcas en ella y no discrimina si lo que estás pensando es bueno o malo, simplemente ejecuta las órdenes. De ahí que sea tan importante el ejercicio de poder afrontarlos problemas de un modo aislado, sin las conexiones emocionales que puedan atravesarlo y analizar cuál es tu reacción frente a ellos, sin distracciones. No dudes del poder de tu mente y aprende a utilizarlo para entenderte y actuar, solo así podrás superar una adicción y mejorar tu salud.

Si por el contrario, buscas conscientemente una vía de escape para evitar mirar directamente los problemas que te afectan, difícilmente vas a poder entenderlos y, mucho menos, superarlos. Es ahí donde más afectan las adicciones, en impedir el proceso normal de enfrentarse a uno mismo, con todos tus desaciertos y virtudes para saber qué hacer.Quedas, entonces, en una especie de loop permanente del que no puedes salir. Por eso, quienes son víctimas de alguna adicción cualquiera no pueden progresar. Se estancan indefinidamente.
 

¿Por qué es tan importante controlar las adicciones?

El problema principal es que todos somos propensos a ellas. La naturaleza humana tiende a privilegiar esos espacios, momentos y actitudes en las que una sensación de placer nos lleva a sentirnos cómodos y, en muchos casos, se normaliza sin tener en cuenta el daño que nos estamos haciendo a nosotros mismos o a los demás. La adicción de un solo miembro de la familia altera el campo energético de los demás y, al final, todos terminan siendo víctimas indirectas de ésta.
 

Tipos de adicciones

Hay adicciones adquiridas y adicciones de nacimiento. Las adquiridas son aquellas que una persona va contrayendo en virtud de su interacción social con otros. El cigarrillo, el licor, las drogas o el sexo descontrolado, son buenos ejemplos de estas. Por otra parte, las de nacimiento, son adicciones que llegan a nosotros por vía de la herencia genética y que -como demostró Jung a mediados del siglo XX- hacen parte del legado generacional que va quedando en la psique y pasa a ser parte del inconsciente colectivo. La tendencia a la depresión y todas sus manifestaciones, como el pesimismo o la propensión al suicidio, son ejemplos de ésta.

Lo interesante es que las adicciones adquiridas se pueden superar mirándose hacia adentro y reconociendo el papel que cumplen en nuestras vidas. Pongamos por ejemplo, un hombre que trabaja excesivamente, un workaholic que quiere estar ocupado siempre. Dedica la mayor parte de su tiempo a complacer a sus jefes porque en la aceptación y reconocimiento de estos, encuentra su valor. Mediante un ejercicio de introspección, es probable que descubra que su adicción al trabajo es una forma de compensar una baja autoestima. Este sería un comportamiento inadecuado que parte de una idea falsa: que el valor de una persona lo determina la función que tiene en un grupo. “Valgo mucho porque soy miembro de un comité directivo”, “valgo menos porque no tengo el poder de tomar decisiones en una empresa”. Cuando uno logra mirar conscientemente hacia adentro, encuentra que es ahí donde está todo lo necesario para estar en armonía, no es lo que uno hace ni lo que tiene. Lo verdaderamente importante de una persona es lo que realmente es a lo largo de toda su vida.  Este ejemplo no es más que una hipótesis, cada caso es distinto y debe ser analizado con todo su contexto.

De modo que para superar una adicción hay que identificar esos excesos que se convierten en adicciones para la persona; el consumo de ciertos productos, el hábito a ciertas prácticas o personas y entender qué papel juegan en nosotros, cómo se podrían superar en la búsqueda de nuestro propio bienestar. La vibración mental mueve el mundo, así que todo puede cambiar con trabajo y esfuerzo. Debemos aprender a disfrutar, tranquilamente, de nuestra propia compañía y enfrentarnos a cualquier situación con la seguridad de que no nos vamos a quebrar.
 

Comparte: