EL PENSAMIENTO: vibración energética de sanación molecular

Como sabemos, los seres humanos estamos compuestos en un 75% aproximadamente por agua, pero tal y como lo afirma la Dra. Esther del Río, no toda es agua convencional (H20), sino que también hay moléculas de agua especial (H2O37), compuestas por cristales líquidos que permiten que la luz viaje a través del organismo a mayor velocidad, por ende, la transmisión de información orgánica relevante es más ágil.

Los cristales líquidos tienen la capacidad de almacenar memorias, tienen las propiedades de los cristales ópticos, además de tener las características de ser líquidos.

Hace varios años, la Dra. Esther del Río Serrano, ha venido desarrollando una serie de investigaciones con respecto a la estructura molecular del agua, a través de las cuales ha podido descubrir, no solamente la composición de dicha estructura sino el impacto que tienen en nuestro organismo y su función en la consecución del equilibrio y el bienestar.

¿En qué se traduce esto? En que el “agua orgánica”, como podría llamarse también, tiene memoria y es por esto que nuestro cuerpo funciona como el mejor gran ordenador, que puede relacionarse a velocidades inimaginables tanto con el interior, como con el exterior y a la vez con el disco duro, es decir, con el cerebro. Incluso, se ha asegurado que a través de estos cristales líquidos es que todos estamos integrados en una gran red electromagnética y conectados así a la gran mente universal.

Entonces, para estar sanos en cuerpo físico y a nivel energético, debemos tener equilibrio bioquímico y electromagnético. Esto lo conseguimos teniendo nuestro organismo limpio, para que tenga suficiente agua de cristal líquido de calidad.

La vibración energética que emite el pensamiento influye de manera directa sobre las moléculas de los cristales líquidos, y es por esto por lo que se define como el gran agente de cambio y sanación, tanto del cuerpo como del entorno. No olvidemos que estas moléculas operan a través de las leyes de la física y no de la química, y es por esto por lo que las ondas emitidas por el pensamiento recaen directamente sobre ellas, produciendo cambios en los patrones de comportamiento de las células.

Aquí es donde el pensamiento juega un papel fundamental. En resumen, tu mente, a través del pensamiento, tiene influencia sobre el ADN y sobre el entorno exterior, por esta razón es que resulta de gran importancia aprender a pensar y aprender a desarrollar el poder mental. Técnicas como la meditación, la visualización, la respiración y los solfeggios, resultan de vital importancia para el acompañamiento de estos procesos de regeneración, sanación e incluso, de retraso del envejecimiento.

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